¿Cómo lo lleváis?
Hoy voy a comprobar si estáis asimilando algunos contenidos y si habéis resuelto los problemas.
El lunes pondré las soluciones.
Si veo que alguno/a acierta pocas, os pediré la semana que viene una foto para ayudaros con las dudas. Ya lo veré.
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ATENCIÓN: Para los problemas de matemáticas tenéis que tener la libreta al lado con vuestras soluciones. Si ninguna respuesta coincide, tenéis un tiempo corto para repensar.
PONED VUESTROS NOMBRES, POR FAVOR.
CURIOSIDADES PARA ,SENCILLAMENTE, LEER SI QUIERES.
Resulta que la Antigua Roma no solo tenía filósofos, gladiadores
y teatros. Los romanos dejaron después de ellos muchos misterios,
y jamás nos enseñaron algunas de sus tradiciones en las clases
de historia.
1. Los romanos bebían la sangre de los gladiadores
En la Antigua Roma, se bebía la sangre de los gladiadores asesinados.
Se creía que de esta manera la persona recibía la fuerza vital. Algunos
de los autores romanos describen cómo después de las peleas
de gladiadores recogían la sangre de los combatientes caídos para
venderla como un medicamento. Los romanos creían que la sangre de los
gladiadores podía curar la epilepsia.
2. Los romanos no morían jóvenes
A pesar de que la esperanza de vida en promedio en la Antigua Roma
era de 25 años, muchos romanos vivían hasta la vejez y podían presumir
una esperanza de vida envidiable. Probablemente, la cifra 25 se vio
influenciada por la muerte de las mujeres en parto, así como también por
un nivel de mortalidad infantil alto. En promedio, los romanos
no vivían menos que nosotros.
3. La medición del tiempo era relativa
Una hora romana podía durar desde 75 minutos modernos en verano hasta
44 en invierno. Lo que sucede es que los romanos se basaban en el sol.
12 horas diurnas empezaban con el amanecer, y después de la puesta del
sol se contaban otras 12 horas nocturnas. Debido a que la longitud del
día en invierno y en verano era muy diferente, la longitud de cada hora
también podía variar. Por lo tanto, los romanos tenían mucha paciencia
con las tardanzas y no eran muy puntuales.
4. El color púrpura solo era para los ricos
Los romanos tenían la costumbre de juzgar a la gente por su ropa, más
bien, por su color. Solo existían dos opciones: todos los colores
“naturales”, ya sea café amarillento o gris, procedían de la lana
de borrego natural y, por lo tanto, se percibían como propios
de ciudadanos humildes y de bajos recursos; mientras que los tonos rojo,
violeta y verde se creaban de forma artificial, usando colorantes caros
que se traían desde países lejanos, se consideraban una señal
de riqueza y nobleza. Usar ropa de color púrpura se consideraba
lo máximo.
5. La uniceja era señal de gran inteligencia
En Roma se valoraba mucho la uniceja en las mujeres. Se consideraba
una señal de gran inteligencia, por lo cual las damas que querían estar
a la moda acudían a todo tipo de trucos para aumentar la densidad de sus
cejas. Por ejemplo, usaban cejas artificiales hechas de lana de cabra.
Para pegar una uniceja postiza, usaban resina de árboles.
6. La odontología era popular
En la Antigua Roma existían los dentistas, y los romanos cuidaban
mucho su salud bucal. Los arqueólogos incluso descubrieron una mandíbula
femenina con dientes que tenían prótesis. Los científicos creen que
este tipo de inventos dentales antiguos no solo se usaban para poder
masticar bien la comida sino también para demostrar su riqueza porque
solo las personas más adineradas podían darse el lujo de presumir
la boca llena de dientes.
8. Los generales romanos no peleaban
En el arte, muchas veces los generales se dibujaban luchando al lado
de sus soldados. Sin embargo, por lo general, no participaban en las
batallas. Ocupaban puestos de mando y dirigían el ejército desde una
distancia para poder reaccionar mejor a lo que sucedía. Solo en casos
excepcionales, cuando la batalla casi se daba por perdida, el general
tenía que terminar con su vida o ir a buscar muerte a manos del enemigo.
12. Las romanas se teñían el cabello
Las romanas se teñían el cabello. Inicialmente, el cabello pintando
era señal de una mujer de vida galante, sin embargo, la tercera esposa
del emperador Claudio, Mesalina, puso de moda el uso de pelucas
de colores, y luego también la costumbre de teñirse el cabello entre
la nobleza romana.
13. Los caballos participaban en política
Incitatus fue
el caballo favorito del emperador Calígula. Según Suetonio, incluso
se erigió una estatua de Incitatus de mármol y marfil, tenía vestimienta
de color púrpura y adornos de piedras preciosas. Dion Casio dice que
el caballo se alimentaba de avena mezclada con partículas de oro.
Suetonio también escribe que Calígula planeó convertir a Incitatus
en un cónsul. Tal vez de esta manera el emperador quería burlarse del
senado mostrándoles que incluso un caballo era capaz de hacer el trabajo
de un senador.
14. No usaban jabón
Los romanos se bañaban a diario, sin embargo, no usaban jabón. En vez
de eso, se frotaban con aceites y luego se los quitaban junto con
la suciedad usando unos cepillos especiales.
15. Usaban una manera inusual de lavar
Los romanos usaban la orina humana para lavar la ropa. Los lavanderos
llenaban un barril de ropa y luego le vertían la orina. Después de eso,
una persona se metía adentro y pisaba la ropa con sus pies para
“tallarla”.